miércoles, 9 de junio de 2010

Estoy malito

Mediterráneo, 17 de julio de 2003
ESTOY MALITO
Cada virus, bacteria o cualquier otro bichito que pulula en el ambiente siente una extraña atracción por mi persona, que produce que salga de una gripe para meterrme en una gastritis y da ahí a faringitis, y así de “malal en malal” transcurre mi existencia.
Cuando era pequeño estar malito, si no te dolía mucho, era casi una suerte, no ibas al cole y tenias una serie de privilegios que alegraban tu vida, los mimos de mama, esas comiditas que te gustaban, la ración extra de tebeos, y el beneficio supremo: la televisión portátil se instalaba en tu cuarto y te empapabas de dibujos animados, por todo ello los catarros que se extendieron por toda mi infancia eran una especie de suerte además era tan masoca que nunca me dolieron las inyecciones y mi pediatra me solía dar medicinas dulces ( nunca asquerosos supositorios).
Desgraciadamente esta aptitud positiva para las enfermedades se torno en muy negativa cuando el bichito que se encapricho conmigo no fue uno normal si no de los gordos y tuve que superar una prolongada y triste estancia hospitalaria que hoy afortunadamente puedo contar.
Y llegamos a la época actual, donde evidentemente siguen llegando los achaques, y mas que llegaran, porque o todo lo anterior hay que unir la edad que con su paso inexorable no perdona, y ello hace que con cualquier cosa te sientas mal, incluso muy mal, pero amigo, hoy no te puedes perder el trabajo o solo si estas realmente grave, los privilegios han desaparecido, pero sigue siendo un placer la sensación del calorcito y confortabilidad al taparte mucho cuando tienes frio febril, reintegrante al cómodo lecho tras una salida al baño, y quejarse cuando alguien te escucha, y los mimos de tu pareja, definitivamente me gusta que me cuiden si estoy malito.

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