lunes, 23 de septiembre de 2019

MENOS FICALIDAD AUTONOMICA


MENOS FISCALIDAD AUTONÓMICA
Las Comunidades Autónomas tienen un amplio margen fiscal. Pueden subir o bajar el IRPF y los impuestos cedidos como el del Patrimonio, Sucesiones y Donaciones y Actos Jurídicos Documentados, los cuales no existen o son marginales en casi todos los países civilizados y, sin entrar en profundidades, son jurídicamente poco justificables ya que reiteran tributaciones por los mismos bienes. Además, pueden inventarse otros, como la tasa turística. El caso es recaudar ya, contra más, mejor; y gastar, a veces despilfarrar, sin pensar en el futuro ni planificar. Crean más cargos, la mayoría inútiles, muchos enchufados y algunos corruptos, engrosando un sector público improductivo, subvencionando a amiguetes y con políticas sectarias. Esto produce un resultado muy injusto donde no existe la igualdad entre los españoles que predica la Constitución, y ni hablamos del País Vasco y Navarra con sus privilegios fiscales. Algunos propugnan una unificación fiscal, que curiosamente no piden para la educación o la sanidad. Pero la piden al alza, no a la baja, como querríamos los sufridos ciudadanos y contribuyentes. Lo lógico y positivo sería suprimirlos o bajarlos, porque con menores tipos está demostrado que se ingresa más, crece la base imponible y atrae empresas y emprendedores. En definitiva, más trabajo y más riqueza para todos. Los que no están de acuerdo deberían dejar tranquilas a las autonomías que practican esta política que ya fracasarán, pero si triunfan, por favor, aprendan algo y cópienla.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 23 de septiembre de 2019

lunes, 16 de septiembre de 2019

REGGAETON MACHISTA


REGGAETON MACHISTA
La música es algo fundamental para el ser humano. Si es buena, constituye una gran fuente de cultura. Me encanta en casi todas sus modalidades. Aunque como todos tengo mis preferencias, básicamente rhythm and blues. Pero algunas variedades musicales resultan desagradables y no deseo escucharlas si puedo evitarlo, por ejemplo, el reggaeton. Curiosamente parece ser la más popular entre la juventud, el 85% de los grandes éxitos actuales son de este género; y aunque suene a viejete cascarrabias, diría que así nos va. Pero aún encierra una paradoja más preocupante que mis gustos y es el sesgo violento y machista de alguna de sus letras que por otro lado, se corresponden bastante bien con el aspecto de sus intérpretes, que muy elegantes o aseados no van. Con lo que tenemos una sociedad con el feminismo como bandera, el Me too, el techo de cristal y demás consignas, que enarbolan muchos y muchas de los que luego enloquecen con el reggaeton. Este género tiene unos artistas  de nombres peculiares, con unas letras muy poco ejemplarizantes. Cosifica a las mujeres, que se describen como cuerpos sin valor, como objetos disponibles por sus machos, intercambiables, de usar y tirar, las denigra, las trata de promiscuas, obscenas, infieles, viciosas, interesadas y sumisas. Incluso hacen apología de la violencia contra las mujeres, lo que es a todo punto repugnante e inaceptable. Ejemplos hay muchos, solo pondré uno normalito: «cuatro babys, siempre me dan lo que quiero, chingan cuando yo les pido, ninguna me pone pero». Bueno, cada cual que escuche lo que quiera, yo esta no quiero.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 16 de septiembre de 2019

lunes, 9 de septiembre de 2019

ARZAK


ARZAK
Aquí empezó todo, para mí y para la nueva cocina vasca que tan importante fue en el surgimiento de la excepcional cocina española que hoy disfrutamos. Para mí, porque hace treinta y muchos años fui a lo que era uno de los mejores restaurantes de España, con mucha ilusión y poco conocimiento. Allí descubrí la excelencia por encima del lujo, la calidad gastronómica que hace que te gusten elaboraciones y productos que normalmente no tomarías. Y me enamoré, me quedé enganchado de la comida, de la buena materia prima de los platos con concepto y mensaje, de los sabores, de la imaginación y la creatividad, de todo aquello que permite disfrutar con algo tan básico como comer. Tras muchos años y muchísimos restaurantes, unos mejores y otros peores, tengo mis gustos y criterios ciertamente exigentes. Este verano volví al centenario Arzak y volví a descubrir algo nuevo, de difícil calificación, algo como el cariño, incluso el amor, tan importante a la hora de cocinar y que resulta que también lo es a la hora de atender, de hacerte sentir parte de una casa familiar, de dar fluidez y adaptarse al comensal, buenos profesionales y buenas personas. Alguna vez había tenido ocasión de saludar a Juan Mari, pero nunca a Elena Arzak, y esta fue la guinda definitiva: simpatiquísima, cercana, entrañable, culta, generosa. En 2012 ya se le consideraba la mejor cocinera del mundo y ha ido creciendo. Estoy muy contento porque ha dado un paso más en la evolución de un gastrónomo, que no todos tendrán la suerte de experimentar. En cuanto pueda, vuelvo; y si quieren disfrutar de verdad, compartan esta experiencia.
Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 9 de septiembre de2019

lunes, 2 de septiembre de 2019

URBANITAS NEORRURALES


                                   URBANITAS NEORRURALES
Toda la semana en la ciudad con el estrés laboral, humos, atascos y ruidos. Llega el fin de semana y que mejor que una escapada al campo a respirar aire puro, ver las estrellas del cielo, los animalitos, la comida auténtica, la buena gente. El turismo rural está de moda,  hay buenísimos establecimientos y más en la Comunidad Valenciana. El mundo natural frente al artificial urbano, no hay color. Algunos están tan entusiasmados que se van a vivir allí, buscando la simbiosis con la naturaleza. Pero las cosas no son tan bonitas. Los pueblos tienen muchos atractivos y también muchos inconvenientes. Desde luego no esperes los servicios que tienes en la ciudad. Hay pozos sépticos, calles y caminos sin asfaltar y tu coche quizás no sea el adecuado. Las vacas llevan cencerro, mugen y como todos los animales hacen caca, pisar una plasta grande y maloliente no hace gracia. Hablando de olores los campos recién abonados y las granjas de pollos o cerdos, son terribles. Los gallos cacarean al amanecer y te despiertan y los pajaritos se suman a esa fea costumbre. El campo no es de todos, es de su propietario y saltar la valla no es gracioso, si te ataca el perro guardián es porque no deberías entrar, no tiene obligación de ir con bozal y correa. Las moscas abundan cuando hay animales y les gusta tu comida. Los mosquitos pican a la gente. Los que allí viven están acostumbrados, los urbanitas no. Estos deben tener un mínimo de educación y respeto. Si no te gusta no vayas, pero quejarse de lo que existe desde tiempo inmemorial y es esencia de la zona es tontería. 
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 2 de Septiembre de 2019