REGGAETON
MACHISTA
La
música es algo fundamental para el ser humano. Si es buena, constituye una gran
fuente de cultura. Me encanta en casi todas sus modalidades. Aunque como todos
tengo mis preferencias, básicamente rhythm
and blues. Pero algunas variedades musicales resultan desagradables y no deseo
escucharlas si puedo evitarlo, por ejemplo, el reggaeton. Curiosamente parece
ser la más popular entre la juventud, el 85% de los grandes éxitos actuales son
de este género; y aunque suene a viejete cascarrabias, diría que así nos va.
Pero aún encierra una paradoja más preocupante que mis gustos y es el sesgo
violento y machista de alguna de sus letras que por otro lado, se corresponden
bastante bien con el aspecto de sus intérpretes, que muy elegantes o aseados no
van. Con lo que tenemos una sociedad con el feminismo como bandera, el Me too, el
techo de cristal y demás consignas, que enarbolan muchos y muchas de los que
luego enloquecen con el reggaeton. Este género tiene unos artistas de nombres peculiares, con unas letras muy
poco ejemplarizantes. Cosifica a las mujeres, que se describen como cuerpos sin
valor, como objetos disponibles por sus machos, intercambiables, de usar y
tirar, las denigra, las trata de promiscuas, obscenas, infieles, viciosas,
interesadas y sumisas. Incluso hacen apología de la violencia contra las
mujeres, lo que es a todo punto repugnante e inaceptable. Ejemplos hay muchos,
solo pondré uno normalito: «cuatro babys, siempre me dan lo que quiero,
chingan cuando yo les pido, ninguna me pone pero». Bueno, cada cual que escuche
lo que quiera, yo esta no quiero.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el
16 de septiembre de 2019
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