lunes, 30 de abril de 2018

VIVIR LA MADRUREZ


                                     VIVIR  LA  MADUREZ
Cuando llega la madurez, es hora de jubilarse, te lo has ganado, aunque las pensiones no sean muy grandes, y menos que lo serán, lo que nos obligara a muchos a permanecer el máximo tiempo posible trabajando. Si has sido previsor y tienes ahorros, este es el momento de disfrutarlos y gastar en aquello que siempre te ha gustado,  hay que exprimir al máximo los años de vida que Dios nos dé, con tranquilidad y si puede ser excelencia. Lo que no significa que puedas dar si te sobra o ayudar si lo necesitan a tus hijos pero si eres  un  hombre de bien, ya les habrás dado educación y todo lo que has podido, ahora tú y en su caso tu pareja sois los primeros. No tiene sentido intentar hacer negocios, y pegar el pelotazo, si aun no lo has hecho no lo harás y solo te traerá problemas. Hay que tener una vida saludable y hacer ejercicio pero sin pretender ganar carreras. La edad es mental, pero no quieras una segunda juventud, nada de ser el más moderno ni vestirse como un adolescente excéntrico, harás el ridículo. Si es posible más vale vivir solo, independiente, quizás con alguna ayuda, que con los hijos, quizás les molestes. Hay que hacer cosas, leer, salir y tener actividad. No contar batallitas, si tu vida ha sido interesante escribe tus memorias, pero no repitas historietas a quien ya las ha oído cuarenta veces. Recuerda lo bueno y olvida lo malo. Cuando hables que sea de cosas positivas y agradables, no listes tus enfermedades ni te quejes sistemáticamente, es inaguantable. Cada día trae cosas nuevas, tienes sueños y hoy es ahora. Vive tu vida.
Artículo  Publicado en el periódico Mediterráneo el 30 de abril de 2018

lunes, 16 de abril de 2018

MIMETISMO DEPORTIVO


MIMETISMO  DEPORTIVO
Cada vez es más frecuente que la gente se vista con ropa deportiva. El top es el chándal hortera que algunos han adoptado como uniforme, especialmente los presidiarios. Muchos se maquetan totalmente como su ídolo deportivo al que tratan de imitar, quizás creen que así jugarán mejor o ligaran más, algo que probablemente, a su edad y con sus condiciones físicas y mentales nunca conseguirán. Lo más extendido es correr o hacer gimnasia y claro no se cambian en el sitio idóneo, que son los vestuarios, sino que salen así de casa, lo que supone ver las calles llenas de gente vestida como si fuera a un mundial de atletismo, lo único bueno son las chicas de buen ver con prendas ajustadas, pero estas son escasas. También hay: Ciclistas con sus licras marcadas. Montañeros vestidos de alpinistas. Futbolistas de fin de semana, que acuden a los partidos con la camiseta de su equipo y algunos con unas cervezas de más. Los que lucen camisetas de basket y  con ellas toda su pelambrera corporal. Los vestidos de tenis desde un clásico blanco inmaculado a los modernos de indumentarias estrafalarias y coloridas. Partiendo de la base que hacer deporte con responsabilidad es una muy buena actividad, cada cual debe hacerlo con arreglo a sus condiciones y con control. Todo ello subsumido en una industria mundial del deporte, que factura 620 mil millones de dólares y que muchas marcas y sus grandísimos presupuestos publicitarios la fomentan con entusiasmo. Cada cual se viste como quiere pero ir de esta guisa por la calle es muy poco estético, puede ser cómodo, pero elegante desde luego no es.
Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 16 de abril de 2018

lunes, 9 de abril de 2018

DECIR ADIOS


                                     DECIR  ADIOS
La vida da muchas vueltas. Parece que nunca se puede estar seguro de nada. Cosas que creíais consolidadas resulta que no lo estaban tanto. Todo evoluciona y nuestra existencia también. Al fin se trata que ojala sea, de un modo u otro, para mejor. Por ello son numerosas las ocasiones en las que tienes que despedirte de objetos, gentes y lugares, de amigos y amores, de cosas, costumbres o modos de vida. Y la más difícil la despedida de tu propia vida que esa si es definitiva. Es duro decir adiós a aquello o a aquellos que aprecias e incluso quieres. Son momentos  complicados porque normalmente las despedidas van unidas del dolor. El elemento más determinante al respecto es la causa de ese adiós, según cuál sea esta y las circunstancias que rodeen el caso será más o menos doloroso. Puede ir desde la tragedia y desolación absoluta hasta el alivio, incluso algunas veces puede ser un mero hasta luego. Y se puede tener un recuerdo positivo que perdure. Alguien dijo : “ No llores porque termino, sonríe porque ocurrió” y esa es una fantástica actitud para superar el fin de algo. Aunque también es cierto que algunas sonrisas encubren las lagrimas que están en el corazón. Puede ser un cambio ilusionante  que suponga una oportunidad de crecer o de abandonar lo que te perjudica y abordar nuevas etapas más enriquecedoras. En todo caso hay que ser fuerte, adaptarse y tirar hacia delante. Todo tiene su principio y su final, es ley de vida, mejor aceptarla si no quieres engañarte. Todo es cíclico y si una puerta se cierra otra se abre para seguir camino, ese que solo tú puedes recorrer.
Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 9 de abril de 2018

martes, 3 de abril de 2018

CALMA


                                                 CALMA
Es lo que tenemos que mantener, si queremos obrar  con raciocinio y no ser infelices. Es paz y tranquilidad que normalmente llega con los años. Lo contrario a la tensión, la ansiedad o la ira. Cuando parece que todo va mal, tienes un shock negativo, la presión nos atenaza, el estrés nos ataca, la situación se complica mucho, las preocupaciones nos confunden, los nervios nos sobrepasan. Pero tú sigues siendo el mismo y tu cerebro sigue estando ahí. Perder la calma no es una opción, hay que estar tranquilo, y mantener la cabeza fría. Fácil no es, pero para conseguirlo hay técnicas : la básica es el tradicional antes de actuar, cuenta hasta diez, evita la impulsividad. Respira hondo, inspira profundamente y expulsa aire lentamente. Intenta concentrarte en otra cosa o vaciar la mente. Desfógate, haz actividad física, da un paseo, salta, baila, corre o golpea ( algo inanimado). Lávate la cara con agua fría, esto disminuye la frecuencia cardiaca. Intenta tratarlo con humor, cree en ti mismo, puedes hacerlo. Si nuestro rostro se enrojece, subimos la voz, la boca se seca, se te tensan los músculos, el corazón galopa, se acelera la respiración. Eso es que vas a explotar. Hay que concentrarse en sujetar los nervios, mostrar calma, en tener autocontrol. Da claridad de ideas, serenidad para analizar la situación y tomar las decisiones adecuadas o hacer las cosas bien y seguir adelante. La calma desarrolla el talento, enseña a pensar y repensar,  a aceptar la realidad, a afrontar las adversidades. Con calma consigues más salud física y psicológica, una vida más plena, divertida y feliz.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 2 de abril de 2018