Compañeros y amigos

Mediterráneo, 29 de enero de 2004
COMPAÑEROS Y AMIGOS
Hoy voy a centrarme en lo próximo y cotidiano; es bonito recordar a los de tu alrededor que los quieres, aunque no se lo digas, porque ya lo saben. Desde que Eva mordió la manzanita nos toca ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente. Hay que trabajar, y todos los días y muchas horas y en equipo porque, salvo excepciones, tienes compañeros de trabajo, con los que pasas más tiempo que con tu familia; así que mejor llevarse bien y tener un “buen ambiente laboral” que lo contrario y que todos los miembros de un equipo tiren en la misma dirección. Con ese deseo general, luego la realidad se impone y hay de todo, pero entre ese todo puedes descubrir personas inteligentes, simpáticas, positivas, que construyen y ven la parte buena, porque son buenas, que no significa que no tengan defectos como humanos: especialmente esa manía de hacerlo todo personalmente y currar más horas de lo aconsejable, junto a la costumbre de hacer dieta cuando no hace puñetera falta, otras pecarán de diferentes cosas, pero siempre hay un lado positivo muy superior al negativo, si te juntas con unos cuantos de estas características, vaya suerte, se empieza con una sonrisa y se acaba con un guiño, pues vaya que sí, que yo la tengo: tengo la que cuadra con el supuesto inicial que la llamaremos Cristina pero detrás estamos todos los demás que se podrían llamar aleatoriamente Roberto, Manolo, Gisela, Susana, José, Mª Ángeles, Sofía, Eli, Jorge, Ana, Jordi, Rafa, Carlos, Mª Dolores, Yolanda, Beli, Silvia, Ana la mejor amiga, Paco, María o Milagros e incluso Joaquín, y otros que hubo antes y muchos otros que vendrán después, o mejor que ya están aquí, porque todos juntos formamos un equipo, casi una familia que hoy está triste. Tenemos un hueco pero seguro que mañana saldrá el sol, y con él la esperanza. Por vuestra amistad, compañía y cobertura y por estar ahí. Gracias.