lunes, 30 de agosto de 2010

Viejos amigos

Mediterráneo, 10 de agosto de 2006
VIEJOS AMIGOS
La gente que me conoce de verdad sabe que lo que más valoro, después de la familia, es la amistad, el que tiene a un amigo tiene un tesoro y eso, como buen dicho popular, es una verdad como un templo. Amistad, que no significa estar todos los días en contacto, sino que cuando necesitas a alguien lo tienes y te responden. Y de esos que para la mayoría de la gente se cuentan con los dedos de una mano, yo que soy un poco presuntuoso creo tener, porque me lo han demostrado, al menos los dedos de todas las extremidades humanas y algunas animales. Y es el caso que el otro día me encuentro con uno de mis más viejos y leales amigos y reflexionando sobre las cosas de la vida, resulta que era literalmente un "viejo amigo", la amistad la había demostrado pero la "vejez" cuando el espíritu es joven no estaba clara, parecía muy tranquilo cuando de joven era un "petardero", se portaba muy bien, no fumaba, bebía poco, estaba soso y tenía todo tipo de teclas, que si la férula para los dientes por el estrés, que si las gotas de los ojos por el glaucoma, y por supuesto gafas de presbicia que si el colesterol y la dieta del sobrepeso, las pastillas para dormir por las preocupaciones, las cefaleas y las afonías lo martirizaban, la próstata, ¡ahí! le hacía ir al baño con frecuencia , la barriguita cervecera, algunas arrugas y las canas por doquier lo delataban y casi en nada era lo que había sido. Y además veía, eso sí obligado por su señora, programas de cotilleo, ¡qué horror! Al final de su exposición, no cabía menos que expresar, ¡jolín si que eres viejo! Y es que los años no pasan en balde. Pero en el fondo de sus ojos se asomaba la chispa que siempre tuvo y es que hay cosas que nunca se pierden.

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