martes, 31 de agosto de 2010

MUNDO IMPERSONAL

Mediterráneo, 19 de octubre de 2006
MUNDO IMPERSONAL
Desgraciadamente vivimos en un mundo cada día más impersonal, cada cual va a la suya y los problemas de los demás no nos importan demasiado o lo justo para generar una falsa caridad. Reina la desconfianza y si alguien se acerca a ti o te cuenta su versión, no te lo crees o te da igual. A veces un poco de cautela o precaución no viene mal, pero en esto como en todo, lo malo son los radicalismos y tener como principio que todos tratan de engañarte, de aprovecharse de ti, de hacerte daño, mienten y no son de fiar sólo puede conducirte a una complicada situación personal, donde es difícil llevarse bien con otros. Hay problemas por exceso de suspicacia y hostilidad y defecto de compasión y humanidad, que a veces se disfrazan de objetividad y racionalidad mal entendidas, no aceptan los fallos de terceros, buscan significados ocultos y se creen infalibles. Prefiero mil veces que uno me engañe, que desconfiar de todos sistemáticamente, aunque evidentemente cada cual puede tener sus criterios y todos son respetables, pero qué difícil es ser feliz así.
Una de las tradicionales características de los latinos frente a los anglosajones es ese calor humano y capacidad de improvisación, que si a veces se manifiesta en una chapuza, otras sirve para solucionar cuestiones con un mínimo de problemas y con un triunfo del sentido común, que está por encima de normas, todas ellas interpretables y que tienen como primer principio aplicarlas en beneficio de las personas y no en su contra. Es muchísimo más satisfactorio ayudar y colaborar con los demás que mantenerse al margen o ya no digamos fastidiar. Una persona es eso, persona , y se merece toda mi confianza.

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