Mediterráneo, 8 de septiembre de 2005
LANCE ARMSTRONG
No soy amigo de tener ídolos, veo que todos los hombres tenemos cosas buenas y malas y por tanto nadie es perfecto, aunque indudablemente mucha gente destaca por algo que es admirable y muchos otros deben estar enfermos porque se comportan como “gentuza” ( ejemplo: terroristas). Entre los que me causan admiración, y destacado del pelotón esta ese gran ciclista, cuyo nombre encabeza esta columna. Es una persona triunfadora en varios aspectos de la vida. En el deportivo, que les voy a contar, siete Tours, los de Indurain que fue para mi un superhombre, y ahora este le supera por 2 ya se impuso a nuestro campeón en su primer gran triunfo del campeonato del mundo de fondo en carretera de Oslo que gano con 22 años, después múltiples victorias especialmente en los Campos Elíseos donde el otro día envidie el flamear de banderas americanas, y recordé los tiempos en que eran españolas. Y gana con exultante superioridad apoyado por el magnifico equipo dentro y fuera de la carrera, pero demostrando siempre quien es el número uno. En el frente de la salud o mejor de la enfermedad con 26 años supero un cáncer e incluso logro su plenitud física después y puedo decirles por experiencia propia que eso cuesta. Además tuvo la grandeza y el buen gusto de evitar escenas melodramáticas. A nivel humano es donde ha logrado sus mayores triunfos, solidariamente invento la pulsera de caucho amarilla contra el cáncer que vemos en todas partes, y que ha recaudado miles de millones para esta noble causa.
La foto triunfal abrazado por sus tres hijos lo dice todo, con 33 años, se retira y la prioridad será la familia, su pareja la cantante Sherryl Crow y el descanso merecido del deporte que probablemente sea el más duro y esforzado que existe.
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