martes, 31 de agosto de 2010

FIESTAS POPULARES

Mediterráneo, 15 de febrero de 2007
FIESTAS POPULARES
Durante mi juventud y algunos años después, realicé un periplo festero por España donde tantas fiestas, tan bonitas y tan divertidas tenemos: Magdalena, Fallas, San Fermín, Feria de Sevilla y Jerez, Rocío, Carnavales de Cádiz y Canarias, y todas las que se hacen en cualquier ciudad, pueblo, urbanización o cualquier grupo vecinal de esta país, donde música, petardos, toros, baile y evidentemente tapas y copas son imprescindibles y todos ellos conllevan necesaria e imprescindiblemente “ruido”, no hay fiesta en el mundo que no sea ruidosa. Cada día están más reguladas, horarios, desfiles, organizaciones fersteras, etc., etc., están sujetas a normas, aunque el aspecto gamberrete y liberal es el más divertido y juntarte con amigos, unas copas y risas son lo mejor. Todos las hemos vivido, al menos en nuestra infancia y juventud. A muchos les molesta el bullicio y las multitudes y optan por salir de su ciudad en fiestas, pero la mayoría las vive intensamente, desde dentro de collas, peñas, gayatas, fallas, casetas, etc., algunos las disfrutan desde fuera con menos intensidad y otros, las sufren, porque no quieren o no pueden irse y no les queda más que aguantarse y protestar o... conseguir que un juzgado decida sorprendentemente cargarse tradiciones centenarias, riqueza cultural y popular, que forman el carácter y la historia de un pueblo porque superan los 55 decibelios, como intentó el TSJC. El derecho al ocio y al descanso deben compatibilizarse, controlarse seriamente la contaminación acústica, pero toda ordenación puede tener su excepción y las fiestas populares deben serlo, precisamente por eso, porque son de todo el pueblo. Entre medidas legislativas represoras y sancionadoras y decisiones judiciales chocantes, estamos apañados.

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