NAVARRA

Mediterráneo, 9 de noviembre de 2006
NAVARRA
Yo estaba en Pamplona el día en que los asesinos de ETA torturaron y acabaron con la vida de Miguel Ángel Blanco, estaba en la Plaza del Castillo con cientos de mozos y mozas que arrodillados y con las manos arriba gritaban "ETA aquí tienes mi nuca", le pegaron un tiro a bocajarro, arrodillado, por la espalda. Colgué mi pañuelo sanferminero, ya que coincidieron las fechas con la fiesta grande a la que acudía regularmente, en la puerta del Ayuntamiento y me tocó algún rifirrafe con los batasuneros. En el tema terrorista tendría tolerancia cero, pero como soy demócrata evidentemente aceptaré lo que haga el gobierno legítimo, aunque ceda a un despreciable chantaje, me refiero a las vergonzosas negociaciones que se están realizando con la banda terrorista ETA, parte de las cuales afectan a Navarra, olvidando la voluntad de casi el 90% del pueblo navarro que de ningún modo quiere integrarse en nada que huela a vasco o euskadi y lo último Euskal Herria, que pretende la unión de territorios basada en una lengua. No quiero ofender a nadie y las comparaciones son odiosas pero Navarra, su historia y su pueblo son diferentes y con más peso específico que lo que hoy es Euskadi que jamás tuvo independencia, ni unidad y fue dependiente según épocas y territorios de Castilla y Navarra que desde los Íñigos en el s. IX hasta Sancho III el Mayor, llegó a dominar la mitad de la Península Ibérica, intentando recomponer la Hispania romana frente a los árabes, en el s. XV se integra definitivamente en Castilla-Aragón, pero siempre mantuvo sus fueros y su identidad. Ahora pretenden anexionársela porque es imprescindible para que la teórica independencia sea viable económica y demográficamente. No se dejarán, seguro.