lunes, 30 de agosto de 2010

La ilusión

Mediterráneo, 8 de junio de 2006
LA ILUSIÓN
Se supone que lo que todos queremos para ser felices es salud, dinero y amor; yo tengo otra teoría, más sintética, lo único que hace falta es ilusión, esa esperanza de lograr algo que nos atrae, todo aquello que no tienes y que aspiras a conseguir positivamente. Nada más cierto que el viejo dicho "de ilusión también se vive". Hay que tener ilusiones y perseguirlas con ahínco y energía, es el mejor antídoto contra el decaimiento y la depresión, si te encuentras mal o triste nada mejor para salir adelante que tener esperanzas, expectativas, proyectos y en resumen ilusiones que hacen que superes las dificultades y los sufrimientos, que si bien hacen falta para madurar, cuantos menos mejor. Además te proporcionan buen humor, simpatía, alegría, energía y optimismo, suponen el peor enemigo de uno de los males que nos afecta cada día, la monotonía que en nuestro trabajo y relaciones hace que todo sea aburrido y nos desgasta paulatinamente, las mismas cosas se pueden hacer de diferentes maneras y la ilusión por ellas nos empujará a hacerlas mejor, suponiendo un incentivo para que hagamos bien lo que debemos hacer, que no nos asusten los problemas diarios, que nuestro sentimiento vital sea positivo, que se afirmen y se realicen nuestros valores, sacar lo mejor de nosotros mismos y tener autoconfianza. La experiencia te enseña que debemos tener ilusiones factibles, proporcionadas a tus capacidades y cada día más espirituales porque las materiales al final no te llenan. Alguien dijo: "Si los años arrugan la cara, el carecer de ilusiones arruga el alma". En conclusión, desde mi punto de vista, la felicidad sólo te la proporciona la ilusión que es la esencia de estar vivo.

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