lunes, 30 de agosto de 2010

DEPRESIÓN POST-VACACIONAL

Mediterráneo, 7 de septiembre de 2006
DEPRESIÓN POST-VACACIONAL
Ésta sí que es una ¿enfermedad? de moda, todo el mundo habla de ella y es la excusa perfecta para empezar el trabajo a "paso lento". No sé si será real o recurso de vagos pero algo debe haber, según la Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas (ANEPA) que es algo real, el 35% de los trabajadores lo sufre o dicen sufrirlo. Algunos vuelven a la rutina laboral irritados, cansados, débiles, desanimados, melancólicos, nerviosos, insomnes, inapetentes o con ansiedad, la mayor o menor cantidad de estas cosas determina el grado de la depre, pero si las tienes todas mejor ve al médico porque estás malito, normalmente es solo un malestar temporal que en un par de semanas desaparece.
Es lógico añorar el tiempo de vacaciones donde haces lo que quieres, no estás sujeto a horarios, rompes la monotonía, cambias de residencia, viajas y se supone que te diviertes y desconectas, aunque también se supone que cargas pilas para el futuro. Todo esto no requiere más que enfrentarse a la realidad, hay que trabajar y hay que procurar que lo que uno hace le guste y se sienta orgulloso de ello, en el peor de los casos tenemos por delante fines de semana, puentes y más vacaciones, que en total suponen más de un tercio de nuestro tiempo, lo que no está mal.
Yo lo tengo claro, si estoy de vacaciones hago cosas y si no también, porque la inactividad es la causante de muchos problemas y vuelvo a mis ocupaciones laborales con energía y ganas, los días anteriores me hago fichitas de todas las cosas que voy a hacer en el trabajo, novedades, ideas, y ambiciones, luego la mitad se queda en el camino, pero nunca pierdo algo que hay que tener en la vida laboral y personal: ilusión.

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