miércoles, 19 de mayo de 2010

Exámenes finales

Mediterráneo, 22 de junio de 2002
EXAMENES FINALES
En España hay 8.300.000 alumnos además de otro numeroso grupo de opositores y todos tienen algo en común: los exámenes. En estas fechas llegan los más importantes, “los finales”, que se supone que controlan la capacidad individual y la efectividad del sistema educativo. Pero los que hemos pasado por este trance sabemos que no siempre es así y a veces se convierten en una tortura. A numerosos estudiantes les produce episodios de ansiedad, estrés, agobio, nervios y miedo ante exámenes que pueden determinar el futuro de una persona. Recuerdo las pesadillas, las opresiones en el pecho o la sequedad en la boca y el finalizar completamente agotado debido a la tensión física y psíquica. En casos extremos puede producir depresiones. Todo ello lleva a que una cuarta parte de los alumnos suspende o rinde por debajo de sus conocimientos . Hay que evitar errores que alteran nuestro comportamiento como pasarse toda la noche estudiando sin dormir, desconcentrarse y perder el tiempo mirando T.V o llenarse de pensamientos negativos: no puedo, no sirvo, no entiendo, etc. Frente a todo esto hay que enfrentarse a nuestros miedos, tener autoconfianza y pensamientos positivos: puedo aprobar, he estudiado, domino la materia, no es difícil, etc.
Los padres pueden ayudar si animan a sus hijos y en la escuela debería enseñarse técnicas de estudio: organización del tiempo, hacer esquemas, fichas y resúmenes, subrayar, estudiar en un lugar adecuado evitando distracciones y llevando el trabajo al día. Frente al examen es bueno relajarse, respirando profunda y pausadamente, tensando y relajando músculos y, no comiendo copiosamente.
Durante la prueba lee las instrucciones con calma, estructura tu tiempo y no te precipites aunque veas que tus compañeros acaban antes, pregunta al profesor las dudas, empieza con las preguntas más sencillas y concéntrate, seguro que apruebas.
Cuando terminas tus estudios, licenciatura u oposiciones, puede que se acabe el mal trago de los exámenes pero la vida es un constante examinarse, así que mejor no agobiarse y sobrellevarlo, porque nunca hay un examen que sea el final o si lo hay mejor es que tarde mucho en llegar.

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