Mediterráneo, 4 de octubre de 2001.
EL CALLO DE RAMALLO
Con el título de hoy no me refiero al aspecto físico del señor Ramallo, que evidentemente, no se parece a Tom Cruise salvo porque está involucrado en una buena película.
Empezó como Corredor de Comercio metido a político distinguiéndose en el Parlamento por sus gracias incendiarias respecto de los escándalos de corrupción del momento. Pasó a ser Consejero del Banco de España y Vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, donde se negó a la intervención de Gescartera, y finalmente gestionó el fallido intento de vender esta firma a un banco alemán, cuando ya había sido sancionado por la CNMV por obstruir la inspección.
En octubre del año 2000 pasó a ser Notario gracias a la integración de los Corredores de Comercio y Notarios, actuando como tal para Gescartera, donde además dice ser “confesor” del encarcelado Camacho. Todo esto a pesar de que los miembros del Consejo de la Comisión no pueden ejercer actividad profesional relacionada con el Mercado de Valores en los dos años siguientes a cesar en el cargo, así que, según el Ministro de Economía Rodrigo Rato se estudiará si se ha violado a ley.
Y ahí tenemos a nuestro personaje ante la Comisión de Investigación, en la comparecencia más embarullada y contradictoria hasta hoy, donde sus argumentos son juramentos por la Biblia, el Evangelio y otros así.
Reconoce que encargó artículos de lujo a Camacho para regalárselos a su vez a sus colaboradores. ¡Qué cadena tan curiosa!, pero quiso pagárselos, aunque no pudo.
Pero como hemos podido ver en TV, Rato, que fue el que lo nombró, no saluda a Ramallo, y éste advierte a sus compañeros de partido que sólo se irá si le expulsan. Se le está agriando el carácter, pero es comprensible, porque Rato no sólo le negó el saludo a su ex íntimo amigo, le volvió la cara o le hizo un desplante, sino que haciendo política-ficción le pisó el callo a Ramallo.
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