Del lado de la libertad

Mediterráneo, 13 de septiembre de 2001.
CON LA LIBERTAD
Cuando me enteré sentí primero incredulidad, luego estupefacción, asco, rabia, impotencia e incluso esa humedad en los ojos que precede a la llantina. Sensaciones que por otra parte se repiten en cualquier acto terrorista a los que, desgraciadamente, tan acostumbrados nos tienen la gentuza de ETA.
El once de septiembre de 2001 marcará un antes y un después en la Historia de la Humanidad con el mayor acto terrorista jamás perpetrado en parte alguna.
Respecto a este tema sólo hay dos posturas: la de aquellos que apoyan el terrorismo y la de quienes apoyan la libertad. Hay Países terroristas y Países libres, donde, a pesar de las posibles injusticias sociales no se resuelven los problemas a tiros, sino con el diálogo y la democracia, división que podría llevarnos a una Tercera Guerra Mundial, donde no habría una confrontación bélica tradicional sino ataques terroristas de creciente magnitud contra los Países Occidentales.
Frente a aquellos que por motivos mayormente religiosos o nacionalistas, o de cualquier otra índole, se convierten en fanáticos intransigentes, y de ahí a terroristas que asesinan vil e indiscriminadamente, sólo se puede luchar extremando la seguridad, con una persecución sin descanso, evitando que nadie les preste apoyo y aplicando la ley con toda su dureza.
En ésta ocasión lamento no ser partidario de la pena de muerte, pero ojalá se pudran en la cárcel toda su vida.
Veremos las consecuencias humanas y económicas que todo esto puede ocasionar, donde una recesión parece inevitable, y, esperemos que la fortaleza del sistema aguante este golpe; también una respuesta civilizada, ya que, el mejor consejo a quien proceda es la serenidad y la toma de conciencia para la creación de un frente internacional contra el terrorismo.
Y si bien los USA en su comportamiento internacional tienen mucho de lo que avergonzarse, en este caso les brindo todo mi apoyo y cariño, porque yo estoy a favor de la LIBERTAD.