AUMAR

Mediterráneo, 13 de junio de 2002
AUMAR
Autopistas del Mare Nostrum (Aumar) concesionaria de la autopista Valencia-Castellón-Tarragona es una empresa formidable, en 1997 firmó un acuerdo con el Ministerio de Fomento para reducir el peaje entre un 30 y un 40% a cambio de prolongar la concesión del año 2006 hasta el 2019, con tan buena gestión que en 1999 ya alcanzó los beneficios previstos para el 2006. Tras la reciente fusión se integra en AUREA formando un gigante en las autopistas de pago con unos ingresos el año pasado de 315 millones de euros (52.400 millones de pesetas) y un beneficio de 85 millones de euros. Para este año se prevé un mejor resultado .
Pues bien este dechado de perfecciones empresariales tiene un pequeño defecto y es que olvida que todos sus logros se basan en un factor: “el señor usuario” que paga sus peajes, y, este cliente da igual que tenga beneficios, pérdidas o narices porque su tiempo no vale nada, ni su gasolina, ni su paciencia, si al final paga lo mismo. ¿cúanto valen las miles de horas que se pierden en las insufribles colas de la A-7?. Para AUMAR nada, “nothing”, “res de res”. Ellos no pierden. Si usted va a un restaurante y no come porque no funciona la cocina habrá perdido tiempo y quizás esté enfadado, pero NO PAGA, y así en cualquier servicio. Pues en la autopista no recibe la prestación pero hay que pagar igual ¿es lógico?. Yo creo que no, además la alternativa hoy no existe, y, ahora, anuncian a bombo y platillo que si la autovía de la Plana daña sus intereses exigirán dinero y compensaciones a la Administración por incumplimiento de contrato. ¡Vaya hombre! Tenemos pocas infraestructuras imprescindibles y merecidas AUMAR se enfada porque dice que no quiere “nuevas alternativas”, que no les hace “excesivamente felices”. Que tufillo a monopolista desprenden semejantes afirmaciones y habrá que explicar que A-7 no significa a 7 kilómetros por hora.
Desgraciadamente tengo que usar frecuentemente esta dichosa autopista, pero, ¡como me acuerdo de aquel “papa ven en tren”!.