jueves, 20 de mayo de 2010

El Cliente

Mediterráneo, 20 de mayo de 2010
EL CLIENTE
Es la persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa. Aunque puede ser esporádico precisamente esa característica de repetir es la deseable, significa que lo has hecho bien y vuelve. Pero tan respetable es el de mucho como el de poco, el que va a un comercio o usa los servicios de un despacho una vez, merece todo el respeto y esfuerzo de la persona que lo atiende, si desea que su empresa sea de las que salen adelante, porque por muy grande que sea, la mejor publicidad, la promoción más efectiva es el boca a boca, nada como un cliente satisfecho. Como todos somos especiales es importante tener mano izquierda, a veces mucha y aunque no siempre tiene razón, si hace falta hay que tragar, lógicamente dentro de un límite, mal educados o enloquecidos no. El cliente, capital humano es el activo más importante y eje principal de cualquier negocio, es evidente que sin clientes no hay beneficios. El servicio debe ser personalizado por cada cliente, en la medida de lo posible tener contacto personal y humano con el mismo, conocerlo y saber sus gustos, tener las máximas conexiones posibles, como bases de datos con todo tipo de particularidades y seguir su ciclo vital manteniendo una estrecha y buena relación con ellos. Hay una regla de oro y es ponerse en lugar del mismo, los empleados deben tratar al cliente al menos como les gustaría que los trataran a ellos si estuvieran en su lugar y evidentemente cualquiera que entra por la puerta, sea cual sea su aspecto, raza, sexo o condición merece el mismo buen trato y es un potencial cliente, hay que darle satisfacción porque es la base del progreso comercial.

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