Coche para bien

Mediterráneo, 1 de noviembre de 2001.
COCHE PARA BIEN
Es tu coche, te identificas con él y te gusta conducirlo, y sentir que dominas una poderosa máquina. Sin embargo a veces no nos damos cuenta que esa máquina u otras parecidas pueden matarnos, y eso es algo que ocurre de un modo traumático, estúpido e inesperado.
Un instante, estás charlando tranquilamente, escuchando música o pensando en tus cosas y al instante siguiente estás muerto o gravemente herido. Quizás también tus amigos y familiares. Realmente es horrible.
Cuando tienes un accidente, que ocurre en un breve lapsus de tiempo, a ti te parece que pasa una eternidad. Te ves dando vueltas de campana o como en cámara lenta. Te vas contra el cristal o los hierros que se doblan.
Es curioso observar que a la mayoría de la gente que atraviesa por una experiencia de este tipo le ocurre una vez pero difícilmente se repite. ¿Será que se aprende algo?
Las principales causas de accidentes son humanas: distracciones, velocidad inadecuada, invasión de la izquierda y maniobras antirreglamentarias. Sin duda hay otras como fallos mecánicos y especialmente el mal estado de la red viaria, que tiene mucho, muchísimo que mejorar. Pero con precaución se evitarían muchas muertes.
Probablemente el factor de riesgo más importante de los accidentes de tráfico es el alcohol, presente en un tercio de los siniestros con víctimas. Produce una alteración que el comportamiento que crea una falsa seguridad en sí, además de disminuir los reflejos.
La juventud es un “grupo de alto riesgo”, ya que en la mitad de los accidentes mortales de circulación en España el conductor es menor de treinta años. Esto se debe a que los jóvenes asumen más riesgos, tienen más agresividad y competitividad y mayor permisividad ante las infracciones.
Las cifras de la D.G.T son tajantes: cada año hay seis millones y medio de siniestros, doscientos cuarenta mil heridos y seis mil personas muertas.
Que el automóvil sirva para desplazarnos con comodidad y seguridad y no de trampa mortal (para Paco).