jueves, 23 de septiembre de 2010

POR EL INTERÉS

Mediterráneo, 15 de mayo de 2008
POR EL INTERÉS
Ja, qué gracia me hacen todos aquellos a los que se les ve el plumero, pelotas e interesados, a los que hoy, más vale tarde que nunca se les nota que aquellas deferencias de las que hacían gala no las motivaba la amistad, el servicio esmerado, el fiel cumplimiento de su obligación o simplemente el buen rollo. No, sólo eran mediocres, aduladores, buscando un beneficio inmediato. Cuando todo va bien, gastas y vives porque te lo puedes permitir, muchos se arremolinan a tu alrededor por lo que pueda caer. Ah, cuando llegan los malos momentos y hay que mirar las cosas de cara, dos veces y en ocasiones desechándolas por innecesarias, resulta que todos aquellos que te juraban fidelidad eterna, reculan y ya no están tan dispuestos. Ahí encuentras todo tipo de sectores: comerciales, tiendas en las que todo te sentaba bien y ahora ni te sienta; de servicios de los que se dispone veinticuatro horas, con generosa paciencia y ahora son de horario laboral, siempre ocupados y para dentro de un mes; restauradores en los que sólo podías comer lo mejor y de paso lo más caro, atendidos inmediatamente y hoy esperas dos horas para elegir entre la carta congelada y en los que sólo tienes sitio no por privilegio sino por vacío. Y lo peor, los supuestos amigos que resultaron del tipo “garrapata” o sea, que si tienen que chupar se pegan o del tipo “fondo de pensión” que doy por lo que sacaré, siempre sonrientes con aquellos que más pueden beneficiarlos, hoy no están ni contestan el teléfono. Qué buenos son los malos tiempos para situar a cada cual en su sitio, cuánto se aprende en estas situaciones, y qué torpes aquellos que no apoyen a los que tienen problemas, porque la vida da muchas vueltas.

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