jueves, 16 de septiembre de 2010

COJO MANTECA

Mediterráneo, 22 de noviembre de 2007
COJO MANTECA
Todo el mundo tiene defectos y algún problema físico, temporal o definitivo, a lo largo de su vida, aunque sólo sea, con suerte al llegar a la tercera edad, de los que generalmente no se tiene ninguna culpa. Estas cuestiones generan diferentes reacciones en los demás, pueden producir comprensión, temor, repulsión, lástima, protección, etc., y desgraciadamente en muchas ocasiones son utilizados como insultos, a veces añadiendo algún lindo calificativo, así dicen peyorativamente, cojo, calvo, tuerto, subnormal, gordo, enano..., seguido de inútil, asqueroso, miserable... Otros unen el asunto con algún famosillo despreciable, por ejemplo cojo manteca, olvidando que hay muchos más cojos dignos como San Ignacio de Loyola, Shakespeare, Quevedo, Tayllerand, Walter Scott, Lord Byron, Roosevelt e incluso el dios Hefestos, el de La fragua de Vulcano, que por cierto se casó con Afrodita, la más bella del Olimpo. Realmente quien así se expresa además de poco imaginativo e inseguro revela defectos mucho mayores, resulta ser un deficiente moral, sin un ápice de alma aprovechable y con una inteligencia bajo cero. Los que tengan la desgracia de sufrir a estos cretinos, deben sumirlos en la indiferencia. Cuando alguien se acepta tal y como es no tiene problemas, si no puedes hacer unas cosas, otras las harás mejor que la mayoría, todos tenemos lados positivos que hay que potenciar, asumiendo los otros no como defectos, sino como características con total naturalidad, al final lo importante es ser buena persona y estar feliz con uno mismo y los que se comportan tan despreciablemente nunca lo serán, peor para ellos.

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