jueves, 23 de septiembre de 2010

ERRATAS

Mediterráneo, 14 de febrero de 2008
ERRATAS
A todos aquellos que ignoran lo que es “un cheque de la boda” que sepan que es algo tan habitual como una errata y que lo que realmente quería que me devolvieran los cacos, la semana pasada, era el chaqué de la boda. En ocasiones los duendes de las imprentas nos juegan malas pasadas y otras veces el escritor se confunde inconscientemente con los parecidos ortográficos o fonéticos, pasa por todos los correctores y se publica con el gazapo. También hay equivocaciones ortográficas o de puntuación que cambian el sentido de la frase. No sólo ocurre en la prensa, igualmente se produce en ámbitos más preocupantes como las recetas médicas, donde los errores causan graves consecuencias. El error de imprenta no tiene solución más allá del cuidado del impresor, el del escritor lo tiene en una corrección antes de publicarse, sin llegar al extremo de Horacio que fijaba en nueve años el reposo del original hasta su revisión.
Como ávido lector he detectado montones, algunos son: el tercer gel fue fantástico (gol); tiro los dedos (dados); fumo los papeles (firmo); se posó el gorrón (gorrión); aquel bello ligar (lugar); se asomó al halcón (balcón); está muerto de hombre (hambre); pesaba dos hilos (kilos); le pegó la pasión (le pagó la pensión); era muy buen cabestro (maestro); estaba foco (loco); un suevo frito (huevo); pego un buen becado (bocado); no me feo (fío); tocó el pato (pito); le pegó un toro (tiro); plantó la panceta (maceta); le gustaba la tísica (física) y la histeria (historia); lleno de mente (gente); fue una buena casucha (cosecha); se tomó la tela (tila); Castellón capital de la Lana (Plana) y en fin, todos los que quieras, si se fijan los verán. Sean magnánimos, todos nos equivocamos.

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