jueves, 23 de septiembre de 2010

ESPAÑA

Mediterráneo, 3 de julio de 2008
ESPAÑA
Soy español y estoy orgulloso de serlo. En estos tiempos donde la unidad de España e incluso el idioma están siendo sistemáticamente atacados, no puedo por menos que alegrarme del grito de moda de estos días: ¡España, España, España!.
Hemos ganado la Eurocopa. Los éxitos deportivos nos alegran a todos, con el baloncesto, Fernando Alonso o Rafa Nadal hemos vibrado, pero el fútbol es el deporte rey, lo que aglutina a todos, y hacía tantos años que no obteníamos el reconocimiento que ya nos merecíamos y de disfrutar con ese pitido del dudoso árbitro italiano que nos coronaba como los reyes de Europa. Momento mágico, todo el grupo de amigos salta, grita, se abraza y enarbola la bandera española que por fin hemos visto en los balcones, en la calle, ondeando, pintada en caras entusiastas y por doquier como es común en la mayoría de países. Con un orgullo que ya era hora de sentir y de representar, demasiado tiempo asociándola a ideas reaccionarias cuando la realidad es que se trata de la enseña de todos los españoles y para Castellón, qué bonito Senna con la bandera del Villarreal, un triunfo para que todos lo celebremos y que seguro tendrá una repercusión significativa, incluso en la crisis económica porque nos dará confianza como país, satisfechos de ser españoles.
Nosotros somos los campeones y esa gentuza, que desde el País Vasco y Cataluña decían que mejor que ganaran otros, que se jo...roben. Qué placer, tan simple pero tan intenso y no se lo pierdan, vienen las Olimpiadas y somos un pueblo campeón, los mejores. ¡Que viva España!. (Desde la euforia post triunfo.)

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