lunes, 4 de octubre de 2010

MOMENTOS SUBLIMES

Mediterráneo, 4 de septiembre de 2008
MOMENTOS SUBLIMES
Como lo prometido es deuda, les diré a los curiosos y persistentes que la noticia absurda que me inventé la pasada semana era la de los faros de caballo del Condado de Knisbrithon, que por supuesto no existe, ni lleva faros ni luces de freno ya saben dónde.
Este domingo es el último de este verano que estaré con ustedes, vaya compromiso y es que la gente los fines de semana se lo lee todo, hay más donde comparar y son más críticos, espero que también magnánimos, a partir de hoy podrán seguir mortificándose conmigo los jueves . De todas formas hay que felicitarse porque siguiendo la recomendación que Gila repetía “apaguen la televisión y enciendan un libro” en este caso un periódico.
Y es que cualquier lectura satisfactoria les puede proporcionar un momento sublime, uno de esos instantes en que de modo puntual alcanzamos la felicidad y nos encontramos a gusto con el entorno y con nosotros mismos. Naturalmente puede proceder de muchas otras fuentes, una música selecta, una película, un buen puro habano, la visión de una obra de arte o de un paisaje, una comida o bebida epicúrea, un reconocimiento merecido, un éxito deportivo, unas risas, gratos recuerdos, la conclusión feliz de un negocio o de un trabajo, un bañito o un masaje relajante, una actividad placentera, un paseo, un animal fiel, la amabilidad y solidaridad de la gente, conseguir algo que deseas intensamente, el dolce far niente y en fin, infinidad de posibilidades entre las que destacan las que producen tus seres queridos, amigos, familia, pareja o hijos que pueden y deben ser la primera fuente de buenos momentos, su existencia, su compañía, su risa, su apoyo e incluso su respeto por tu individualidad.
Un ejemplo claro es que siempre será mejor jugar con tu hijo o ver el atardecer por el ventanal que estar pegado a la pantalla viendo un programa de tele basura que sólo logrará embrutecerte. El que esos momentos que son felices vayan más allá y se conviertan en sublimes, depende de algo más, que es difícil de explicar y más de denominar: magia, color, chispa, flash..., se da en pocas ocasiones y es especial. Ellos son los que compensan los múltiples sinsabores y amarguras que la vida te depara, a veces tan injustamente.
Para alcanzarlos tienes que estar predispuesto, ser positivo y ver el lado bueno de las cosas, que siempre existe aunque a veces sea o parezca imposible. Tienes que actuar y en muchas ocasiones preparar el atrezzo, procurando siempre salirte de la mediocridad que es en esencia el principal enemigo de lo sublime. Procura ser tú, una persona, no un número diluyéndose en un colectivo más o menos abstracto, sino una individualidad que aprecia determinadas cosas que a otros les parecen absurdas, innecesarias o banales, quizás por ignorantes o simples, pero que te añaden el punto de diferencia, la exclusividad y la posibilidad del disfrute si sabes apreciarlas y pasar olímpicamente de lo que piensan los demás o incluso de su aparente superficialidad. Tampoco ayuda nada la monotonía que dentro de su supuesta facilidad, destruye aquello en lo que se introduce, hacer siempre lo mismo aburre a cualquiera y cosas que te podrían encantar resultan aborrecibles salvo que seas una hormiguita sistemática, así que hay que tener imaginación e innovar, atreverse, ya se sabe, que te arrepientes más de lo que no has hecho que de lo que haces, buscar todo lo especial, tener el espíritu dispuesto, sacar la esencia de las cosas, incluso de las pequeñas, darse cuenta de lo que tienes en ese momento y valorarlo, pensar “qué a gustito estoy” en lo externo pero sobre todo en tu interior, que sea tu alma la que vibra. Si lo logras o al menos sabes cómo, podrás tratar de transmitirlo a los que te rodean, para que ellos también tengan sus momentos y todos juntos crear un entorno placentero. No te avergüences de compartirlos aunque creas que no te entienden, puedes abrir brecha y hacer que otros conozcan algo que nunca imaginarían. si te aplicas y lo intentas un poco, seguro que tú también puedes alcanzar esa meta, esos momentos que existen, más de lo que parece, muchos los disfrutan, están en todas partes y sólo tienes que saber buscarlos y encontrarlos y en función de cuantos sepas aprovechar conseguirás ser más o menos feliz. ¡Vaya momentos!. Momentos sublimes.

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