lunes, 4 de octubre de 2010

DIA

Mediterráneo, 6 de noviembre de 2008
DIA
Parece que el gobierno estatal tiene como uno de sus objetivos para luchar contra la no crisis, acelerar y suprimir trámites administrativos y burocráticos, para que cualquier proyecto se ponga en marcha lo más rápido posible, loable medida que debería haberse tomado mucho antes, pero más vale tarde que nunca y que sería muy bueno exportarla a cualquier actuación administrativa, como la declaración de impacto ambiental (DIA), trámite que tiene que realizar la administración que promueve la obra en cuestión, así el Ministerio de Medio Ambiente es el competente en las infraestructuras que dependen del Ministerio de Fomento y éste las obras que interesan las saca rápido y las que no, no tanto, hablamos de periodos de entre un mes y cuatro años, en ningún caso justificados por la complejidad del proyecto, esto es inaceptable porque si siempre son infraestructuras necesarias, en la situación actual pueden suponer nuestra supervivencia, Un freno constante a todo lo que supone desarrollo y riqueza no puede aceptarse. Una cosa es cumplir las normas medioambientales y otra que éstas se utilicen políticamente para premiar o castigar. Como ejemplo de celeridad tenemos el nuevo trazado del trasvase Júcar-Vinalopó, que se hizo en cuatro semanas, esta rapidez contrasta con la tardanza que se produjo en la ampliación del puerto de Valencia o en la planta de coquización del puerto de Castellón o el caso más flagrante, el del trazado del AVE entre Valencia y Castellón que tardó ni más ni menos que cuatro años, hasta ahora el récord y aunque ya tiene DIA, no tiene todavía proyecto definitivo ni sabemos cuando empezarán las obras, o sea para el AVE de Castellón sigue siendo de NOCHE.

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