jueves, 14 de octubre de 2010

MARIO VARGAS LLOSA

Mediterráneo, 14 de octubre de 2010
MARIO VARGAS LLOSA
Por fin la Academia Sueca concede el Nóbel de Literatura a quien seguramente es el escritor vivo que más se lo merece, tras años de excentricidades, equilibrios geopolíticos o cuotas de minorías, y no sólo en este premio, véase el de Obama y la Paz ¡ja! Se evita una injusticia sangrante como con Borges o Baroja, gana más prestigio el premio que el premiado, que a sus 74 años es admirable por muchas cosas. Por sus fecundos escritos, novelas, ensayos, artículos, etc. que con un lenguaje comprensible, cuentan historias interesantes, “nos dicen cosas” como señala Delibes. Por su defensa del español que considera “un idioma dinámico, creativo y lleno de energía” y de lo hispano, incluyendo los toros, desde su origen peruano, su nacionalidad española y su aportación al boom literario latinoamericano, pero sobretodo por su personalidad, que tiene como bandera la defensa de la libertad en cualquier lugar, su posicionamiento frente a los totalitarismos, todos y no sólo los políticamente incorrectos, desde Trujillo, Somoza o Pinochet y ahora Fidel Castro, Hugo Chávez o Morales el de los rodillazos en sus partes al adversario. Por su sentido común, valentía, imaginación, independencia, compromiso social, innovación literaria, moderación no exenta de arranques como el famoso puñetazo a Márquez, lucha por la justicia, ironía, por sus gustos literarios encabezados por Tirant Lo Blanch y su inmensa influencia intelectual y cultural en todas partes, es realmente un ciudadano del mundo.
Me dispongo como homenaje a releer parte de sus obras completas y me he alegrado mucho, por la literatura, por el español y sobretodo por la libertad.

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