lunes, 5 de julio de 2010

Secuelas magdaleneras

Mediterráneo, 10 de marzo de 2005
SECUELAS MAGDALENERAS
Pasaron las fiestas, mascletas, castillos, toros, desfiles, gallatas, y sobre todo lo que constituye lo mejor de nuestra fiesta, la amistad, que se manifiesta en múltiples formas: pandillas que quedan para salir, grupos que acuden a la romería y especialmente en las personas que se agrupan en torno a una peña o colla, la autentica alma de estos días, que se prolonga a lo largo del año con amistades inquebrantales y eso es muy bonito. Pero como todo tiene dos lados, hay uno que no gusta tanto y causa secuelas desagradables, y es el gamberrismo. Todos hemos sido jóvenes y nos ha gustado reafirmarnos con los amigotes y demostrar lo intrépidos y chulos ( a veces, incoscientes y pardillos) que somos, esas actuaciones mal entendidas convierten a nuestros cachorros en gamberretes, pero no solo a ellos, también a los mayores a veces se les va la olla, sobre todo si la animación alcoholica es excesiva, esta demostrado que las fiestas más populares y divertidas son aquellas en las que más se bebe, y las castellonenses son muy divertidas, uno o dos tragitos a todos nos animan y desinhiben, lo malo es cuando son muchos y la euforia nos convierte en salvajes incivilizados, las muestras que observamos, a pesar de los improbos esfuerzos de los servicios de limpieza municipales de vomitonas, meados, botellas y vasos rotos, basura de toda clase no solo son asquerosos sino también peligrosos, las papeleras quemadas, contenedores volcados, árboles rotos demuestran un grado de incivismo preocupante, los ataques violentos a otras personas o roturas gratuitas de escaparates, carteles o cualquier propiedad privada que se destruyen sin ningún beneficio ya nos revelan la existencia de auténticos delincuentes en potencia.
Sospecho que muchos de ellos, tras sus “ valientes hazañas” se arrepentirán si es así y no lo repiten mejor, si no peor para ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario