Garrapatas ingratas

Mediterráneo, 17 de marzo de 2005
GARRAPATAS INGRATAS
Igual que en el Quijote o en las novelas de Vargas Llosa, hoy he hecho algo que creí que nunca podría hacer: he quemado un libro, me sorprendo conmigo mismo, como he sido capaz de destruir una de las cosas que más valoro en la vida, los libros, que suelo recoger aunque estén envejecidos o rotos, que restauro, y cuido con mil amores, pues no he podido evitarlo. El libro en cuestión, que no deben comprar para no asquearse ni tirar el dinero, se titulaba “Picasso, mi abuelo” en portada la cara del famoso pintor con sus ojos, expresivos y magnéticos, reveladores de la personalidad, es en lo que primero me fijo en las personas, ojos de genio, historias intimas y familiares, pues lo compro. La sorpresa llega cuando empiezas a leerlo, la autora Marina Picasso nieta de Pablo Picasso y Olga Kokhlova, hija de Paulo el primer hijo del pintor y de una tal Emilienne Lotte, esta enferma, llena 200 paginas de insultos y amargura, odia a todos , su madre, peor imposible desde alcohólica a suelta de cascos, el padre inútil total y el centro de su ira, el abuelito, lo pone a caldo y es que Marina se cree el centro de la creación y todos le debían amor, y atención, se olvida que la vida de cada uno es individual y que si la familia es lo primero, no es lo único, ni puedes tutearla siempre. Esta inútil que vivió y vive de la gorra del maestro, que pagaba todo y del que sigue aprovechándose con libelos, cuando no se puede defender, solo merece por su ingratitud la desgracia que según ella le ha perseguido toda la vida, y no me extraña si lo único que espera es que se lo resuelvan todo, pobre niña rica que dice poner palabras a su sufrimiento, que asco. Intente guardar este ¿libro? pero al llegar a casa y cumplir mi ritual diario de encender la chimenea que con su calidez me relaja enormemente, no he podido evitarlo, la mezquindad, inutilidad, hipocresía, ingratitud, gorronería, puaff al fuego.