viernes, 5 de noviembre de 2010

SLOW LIFE

Mediterráneo, 1 de abril de 2010
SLOW LIFE
O vida lenta, no confundir con el recurso de los vagos, es una creación de los noventa que defiende el llevar una vida más tranquila y a valorar el tiempo no como activo para producir sino como elemento de placer en sí mismo, y del sabio arte de vivir.
Todo empezó con el Slow food, reacción contra la comida basura y rápida (fast food) donde todo vale para llenar la barriga rápidamente, su filosofía es cambiar la cultura de la comida y la bebida, hacerlas pausadas, con tiempo de saborear los alimentos, defiende el producto natural y su entorno, siendo su símbolo un caracol.
Es muy recomendable adoptar el slow, como actitud en la vida para ganar calidad a la misma, la desaceleración, abandonar la primacía de la prisa y apostar por el mejor disfrute, valorar lo auténtico, los afectos, la actividad placentera, el ocio, la cocina saludable como patrimonio cultural, y la vida sosegada, sin tensiones superfluas, con trato humano. Carl Honoré escribió El elogio de la lentitud donde nos diagnostica como “enfermos de la velocidad” e introduce “el síndrome de la felicidad aplazada” que es una sensación de angustia al no conseguir lo que se supone que tendrás en un momento futuro, que nunca llega. Los momentos presentes son los que tienen capacidad para hacernos felices. Empezó en Italia donde tienen un adagio que reza: “chi va piano va sano e va lontano, chi va forte va a la morte”. Empecemos a mandar en nuestro tiempo y que no sea el tiempo el que nos tiranice. Si en dinero seremos más pobres en felicidad podemos ser mucho más ricos.

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