viernes, 5 de noviembre de 2010

Mediterráneo, 28 de enero de 2010
RUIDITOS VITALES
Hay gente muy maniosa a los que cualquier ruido les pone nerviosos, más si son repetitivos y los emiten otras personas, a las que en algún momento de su sinfonía llegan a odiar con instintos asesinos. Nadie está libre de esos sonidos que casi siempre involuntariamente emite nuestro cuerpo, en ocasiones cuando más silencio se requiere, citas comprometidas, conciertos, conferencias, etc. y si no se puede reprimir, al menos hay que disimular, poner cara de sueco, y los más maliciosos, mirar con desaprobación al vecino, como si fuera él el culpable, qué jeta.
Algunos son debidos a enfermedades, como catarros, donde toses, ponte la mano, te sorbes la nariz, esto mejor que no, y estornudas, no salpiques. Otros son voluntarios e incluso manías como el chasquido de las articulaciones donde algunos se estiran los dedos para disfrutar con su clac. Ajenos a tu voluntad son los castañetos dentales por un miedo atroz o por un frío que pela, o el hipo que siempre aparece cuando más molesta y que se cura con un susto, agua o tirando de la lengua. Quizás el más molesto para tu pareja sean los ronquidos, algunos alcanzan 90 decibelios, lo mismo que un aspirador, si te toca o eres sordo o te vas al sofá, si tienes sueño lo que se produce es el bostezo, que puede ser silencioso pero da más gustito si va acompañado de un ¡aaahhh! y que se contagia más que la risa. Si tienes hambre, ruidos estomacales que no comprendes como puedes tener esa entidad y el de al lado tampoco. De lo más guarrete son los eructos y las ventosidades, muchos debidos a la dieta y otros a la educación del sujeto, mala, salvo para chinos y alemanes que parece hacerles gracia.
En fin es humano, mejor ser comprensivo, hoy por ti y mañana por mí.

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