viernes, 15 de diciembre de 2023

SUPRIMIR EL IMPUESTO DE SUCESIONES

Entre los múltiples impuestos y la enorme presión fiscal que soportamos, de las mayores del mundo, este es especialmente sangrante. Al dolor que sientes por el fallecimiento de un ser querido se suma el golpe fiscal, que en muchos casos obliga a repudiar la herencia. Un desastre sentimental y económico. Como se cedió a las Comunidades Autónomas cada cual toma sus propias medidas y decide las deducciones o bonificaciones que aplica. Así que hay una total disparidad entre autonomías, desde bonificación de cuota del 100% como en Andalucía, Cantabria y Galicia para herencias de padres a hijos hasta las más caras como Asturias, Aragón, Cataluña y la Comunidad Valenciana. Se produce una gran injusticia puesto que gravan bienes que ya pagaron tributos en su momento y supone una discriminación inconstitucional. Urge una legislación más clara y armonizada y que no penalice el ahorro y la inversión. Si nos comparamos con Europa, no salimos bien parados. No se gravan las herencias en Suecia o Noruega. Si es entre padres e hijos tienen tipo cero o muy bajos en casi todas partes, en España es el 34% el 3º mas alto, si no hay parentesco somos los mas caros al 81,60%, un disparate. Además el 75% de los españoles están a favor de suprimirlo, incluyendo los votantes de los partidos de izquierdas. El colmo es la baja repercusión que tiene la recaudación, solo representa un 0,24% sobre el total. Pagar por morirse va contra natura, es injusto, abusivo, discriminatorio y confiscatorio. Es un ataque a la propiedad privada y al progreso. Por todo ello había que suprimir totalmente este impuesto, al igual que el de donaciones y el de patrimonio. Todos suponen pocos ingresos y muchos disgustos. Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 19/06/2023

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