jueves, 22 de noviembre de 2012

Criterio propio


CRITERIO PROPIO
El otro día estaba charlando con mi hija Andrea sobre un tema de actualidad. Aclararé que además de guapa es inteligente y estudiosa, le gusta comentar lo que va aprendiendo y en general tiene bastante sentido común y opinión bien basada sobre las cuestiones que se suscitan. Surgió una divergencia y como argumento me ofreció uno que para ella tenía mucha fuerza: “me lo ha dicho una amiga que lo vio en la televisión”.
Horror, he fallado vilmente, es mi culpa no saber enseñarle, aunque ahora ya creo que lo tiene claro, que hay que contrastarlo todo y pensar. Los hechos son eso, hechos, si el partido acaba 2-1, no hay más discusión sobre el resultado. Pero las opiniones, comentarios y forma de trasmitir la información varía enormemente y una misma cosa se puede contar de muchos modos. Y no por publicarse son ciertos. Cada medio de comunicación suele tirar a su tendencia o interés, los humanos y la vida son así. Pensemos en las crónicas de una manifestación, para unos había 10.000 y para otros 100.000, para unos son unos demócratas y para otros unos incivilizados. Cada cual piensa y dice lo suyo, pues eso está bien porque en el fondo es una expresión de la democracia. Dios nos libre del pensamiento uniforme y más de las órdenes para creer algo sí o sí. A los jóvenes si algo es importante enseñarles es que sí, que lean y vean las noticias, pero que las mediten e interpreten, que no se lo crean todo. Mejor que no se crean nada por principio y que tras un proceso mental de racionalización generen su propia opinión, según su criterio y que utilicen argumentos sólidos y nunca el lo he leído en la prensa o lo he visto en la tele. Sólo así llegarán a ser personas completas y ojalá felices.

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