jueves, 9 de marzo de 2023

A PROHIBIR

A PROHIBIR Me agrada el lema del 68 de prohibido prohibir. Soy firme defensor de la libertad, lo que no significa que no tengan que existir reglas que regulen nuestra convivencia, como en todas las sociedades civilizadas. Pero establecer más reglas de las necesarias solo produce restricciones en él libre albedrio natural de todas las personas. Decía Napoleón que imponer condiciones excesivamente duras es dispensar de su cumplimiento. Los que las ponen, son los que mandan, nuestros políticos que en los últimos tiempos le han cogido gusto a regular, hasta extremos excesivos, cuando no radicales y que están rozando la opresión. Parece que en lugar de gestionar con eficiencia solo les satisface demostrar su poder con infinidad de normas sectarias. Nunca ha habido tantas prohibiciones como ahora. Lo que lleva a que por desconocimiento o por rebeldía muchas no se cumplan. La avalancha de leyes radicales que llegan: de costas, urbanismo, trafico, animalistas, ultraecologicas licencias para todo, si es si memoria democrática, etc, etc incrementa el agobio. En un lugar u otro se prohíbe: coger caracoles o piñas, cazar, pescar, vender, iluminar, jugar en la calle, alimentar animales, el sexo, beber, fumar incluso al aire libre, etc, etc. Hasta el todo prohibido ilegal del inconstitucional estado de alarma que debió llevar a la dimisión de todo el gobierno. Es deseable mas educación y menos prohibiciones. La finalidad es tener el control absoluto de la sociedad, decidiendo que se puede hacer y que no, imponiendo una ideología totalitaria. Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 26/09/2022

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