jueves, 29 de diciembre de 2011

Ruidos urbanos


Mediterráneo, 29 de diciembre se 2011
RUIDOS URBANOS
Qué rabia da que en el mejor de tus sueños, un ruido, normalmente alto y largo, te despierte, pueden ser tus maravillosos hijos, el secador de tu mujer o la radio del vecino. Nada, a fastidiarse, así es la vida. Pero algunas veces los ruidos vienen de fuera, y son bestiales, y si malo es levantarse sobresaltado, igual de malo o peor es no poder dormir. Los camiones de la basura y sus mecanismo hidráulicos, la motosierra del podador de árboles, los perros ladradores e incluso aulladores, las inacabables zanjas y obras con la maquinita que al poner la marcha atrás hace pi-pi-pi-pi (de ruido claro); lo peor el martillo neumático y su taca-taca-taca. El tráfico, frenazos de autobuses, cambios de marcha de camiones y los bocinazos a los que tan acostumbrados somos y que normalmente solo sirven para irritar a otros y el top del gamberrete, contaminador y macarra, que con su tubo de escape libre se cree un rey de los circuitos. Algunos más desgraciados tienen la lotería de tener un local de restauración bajo que, a raíz de la totalitaria ley antitabaco, obliga a la gente a salir a la calle y como el grado de civismo no es homogéneo, algunos beben y chillan más de lo adecuado, sobre todo a los que ya moñas perdidos les da por desentonar canciones populares. Todo esto se puede tratar de evitar con educación y con una aplicación rigurosa y rápida de las ordenanzas municipales por parte de la policía municipal.
La alternativa, procurar irse el fin de semana al pueblo o al campo, disfrutar de la naturaleza y del aire libre... salvo que el lugar esté lleno de gallos y gallitos o de lindos pajaritos de diversas especies todas caracterizadas por sus armoniosos cantos atronadores. Lo positivo es que más vale tardar en llegar al “descanse en paz”.

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