MOMENTOS INFELICES
Es decir, esos en los que se produce alguna circunstancia que te hace infeliz. Veamos: enterarme de la enfermedad o muerte de alguien a quien aprecio, especialmente de algún familiar directo. Ver cómo los actos de algunos políticos, perroflautas y antisistema bloquea la convivencia diaria de la gente normal y se dedican a destruir en vez de construir. El ruido del motor del secador del pelo, que alguien usa, yo no y va y me despierta. La noticia de cualquier acto terrorista. Los ataques a la libertad, por ejemplo en una huelga que nadie me obligue a nada, ni a hacerla ni a no hacerla. Cuando ocasionalmente los problemas cotidianos hacen que me despierte a horas tempranas y preocupado. Las discusiones que alcanzan grados de irracionalidad, especialmente si pierdo los nervios y seguramente la razón, entro al trapo o me cabreo. Desprenderme por necesidad de algún objeto que para mi tiene más sentimiento que valor. Si alguno de mis colaboradores o yo mismo hacemos alguna chapuza en nuestro trabajo. Muerto de sueño en una discoteca o similar, la música chumba chumba a todo trapo sin poder hablar si no es a gritos, todos a tu alrededor empujándote, subidos de copas y tú fuera de lugar, hasta que tienes la decencia de irte a casa, por fin. Esas cosas que por mucho que lo intentes no las entiendes y te planteas ¿seré tonto?. Las excusas que tienes que darle por teléfono a los de recuperación de deudas del banco, de por qué no le pagas, ché, será que no puedes. El primer día que devuelves a tu hijo a tu ex-cónyuge tras un divorcio y asumes que vas a verle a tiempo parcial. La suspensión del vuelo de enlace que te obliga a seguir esperando varias horas. Observar las injusticias que constantemente y por doquier vemos en esta sociedad.
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