jueves, 20 de diciembre de 2012

Copilotos


COPILOTOS

Vas conduciendo, lo haces bien, tienes el carnet un montón de años, nunca has tenido problemas especiales y apenas alguna multa por exceso de velocidad y por mal aparcamiento, pero ya no, la edad te ha hecho mucho más prudente, quizás en exceso, y no sólo tienes todos los puntos, sino que ahora te han dado más, por no cometer infracciones.
A tu lado cómodamente sentado va tu acompañante, también es buen conductor, pero coincide que ahora conduces tú. Vas despacio, el de delante para siguiendo una fila, y tu acompañante aprieta los pies contra el suelo impulsivamente tal que si frenara mientras se agarra a la manecilla y pone cara de pánico como si el choque fuera inminente, te haces el sueco para no discutir.
Doblas por una travesía, y aquí empieza la conversación: -Casi nos damos ¿eh?. -Pero qué dices, si estaba a tres metros. -¿Por qué no has puesto el intermitente?. -Pues porque no viene nadie detrás. -Sí pero hay que ponerlo. -Bueno lo pondré la próxima vez. -Vas muy rápido ¿no?. -Pero si voy a 50. -Pues parece mucho, no corras.
Pasa un rato, te fijas en algo que ocurre fuera y sigue la monserga: -Mira para adelante, que siempre estás mirando a los lados y vamos a tener un accidente. -Vale. -Pon las dos manos en el volante. No se te ocurra pasar el semáforo en naranja. No cambies la música que ya lo hago yo. Respeta las señales, no te distraigas, bla, bla, bla, bla.
La solución no es tragar, ni montar en cólera. Para el coche, correctamente claro, te bajas y que conduzca él, tú a descansar, ver el panorama o leer el periódico y a poner tu música favorita. Pero entonces no seas mezquino y quieras vengarte con la misma matraca. Sé comprensivo, cada uno tiene sus manías, y a vivir.

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