PERSONA
SUPERFICIAL
El mundo está lleno de personas superficiales, son
demasiadas y cada vez más. Este tipo de persona es poco seria, en lo que dice o
lo que hace, es frívola y solo le interesan las apariencias. No analiza la
esencia de las cosas o personas y solo ve su aspecto exterior. Es insustancial,
trivial, caprichosa, inconstante, irresponsable, inestable emocionalmente,
dependiente, impaciente, inmadura, tiene poca personalidad, no le sobra
coherencia, equilibrio emocional, criterios éticos, valores o principios
sólidos. No admite sus fallos y limitaciones. Cambia frecuentemente en su
estado de ánimo, pasa de la euforia a la depresión rápidamente. No le interesa
profundizar en el contenido, las emociones o los sentimientos. Escapa de la
realidad con un mundo de fantasía, poco realista. No sabe afrontar las
dificultades ni controlar su frustración. Sus relaciones afectivas suelen ser
frágiles, se priorizan a si mismos y les cuesta compartir, no cumplen lo que
prometen y priman la apariencia física sobre cualquier otra cualidad. Te puedes
llevar bien con ella o divertirte una temporada pero no esperes nada más. En
verdad no está bien terminada y tiene muchos flecos negativos, pero si tienes
un interés personal en ayudarlos, pueden cambiar y mejorar. Puedes intentarlo
potenciando el conocimiento de si mismo, su autoestima, que acepten su realidad
liberándoles de temores y dudas, que olviden el qué dirán, que aprendan a ver lo positivo y sobre todo
el fondo de las cosas y las personas, y si solo no puedes, quien de verdad
puede ayudarles es un profesional, pero es difícil.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo 27
de febrero de 2017
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