EL
CLIENTE SABIONDO
Es aquel al que le prestas algún servicio y que al
hablar con él presume de sabio, sin
serlo de verdad, se cree que sabe más de lo que sabe de verdad. Así te dice que
debes hacer y cómo, lo que es un poco aburrido porque si el ya lo sabe, no
tiene sentido que pague para que lo hagas tu. Se da en todos los ámbitos de la
vida y entre todas las clases sociales. Hay demasiados. Hoy sus fuentes son
además de su naturaleza absorbente, la tele e internet. Su argumento es lo he
leído (y probablemente lee poco y mal),
lo he visto en la tele (basura) y está en la red, según él es irrefutable. Si
no eres el rey de la paciencia, lo que te apetece es mandarlo a paseo o al
circo de payaso, pero en muchas ocasiones no puedes, así que te lo tienes que
tragar. Hay que darle la razón, tener mano izquierda y nunca ponerse a discutir
con él, porque jamás le convencerás.
Suele ser orgulloso y prepotente y le gusta imponer sus opiniones porque es
superior y tu un ignorante que solo mereces su atención para que te asombres de
lo listo que es. Además de su magna inteligencia, es el más listo, más guapo,
más rápido, más gracioso, más alto, más fuerte y claro en relación con todo
esto, el más mentiroso o el más tonto. Aunque tengas la preparación más que
adecuada, seas eficaz y trabajes duro, no se fiara de ti, hasta que no vea que
has conseguido lo que quería. Si logras superar la pesadez que supone, hasta
puede ser gracioso. Tantéalo con humor y siempre con educación. Tu sabes lo
burro y retonto que es, se magnánimo y
perdónalo porque no sabe lo que hace y sobre todo lo que dice.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el
20 de febrero de 2017
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