EL QUEJICA
Hola, como te va?. La fastidiaste, esa pregunta tan normal con la que nos saludamos constantemente, si se la has hecho a un quejica estás perdido. Pondrá el modo ametralladora de lamentaciones y te machacara. Según él todo le sale mal. Hay gente que está todo el día quejándose, mucho y de modo exagerado. En un estado continuo de descontento y negatividad que implica tratar de extender su situación a su entorno, así que ten cuidado con ellos porque te pueden contagiar. Suelen ser gente triste, frustrada, cobarde, toxica, amargada y pesimista. Puede que tenga muchos motivos, hay crisis económica, laboral, personal, de valores, etc o ninguno, le da igual. De cualquier problema real o imaginario te puedes quejar, pero así no solucionas nada. Quizás la queja le sirva para desahogarse. Pero a poco que lo piense debe estar harto de sí mismo, y desde luego lo están los que le escuchan con frecuencia. Una cosa es lamentarse de algún inconveniente y otra quejarse sistemáticamente, científicamente está demostrado que eso te puede llevar a la depresión, daña las conexiones neuronales de áreas como el hipocampo, afectando a la memoria y la capacidad para resolver pegas. Hay que evitar a este tipo de personas, que son toxicas y unos pesados inaguantables, no entres en su juego, seguramente no tienes nada que ver con él, no le des la razón, ni ratifiques sus lamentos con lo que le darás alas. Pasa de él o apórtale algo positivo y cambia su perspectiva si puedes y te deja. Ante un problema, mejor que quejarse inútilmente, afrontarlo con energía y una sonrisa.
Articulo publicado en el Periodico Mediterraneo el 23 de Enero de 2017
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