jueves, 6 de septiembre de 2012

Piensa mal


PIENSA MAL

Y acertarás, según el dicho popular, puede que así sea, a veces, quizás muchas, pero no siempre. Parece que el 10% de la población es paranoica y un tercio desconfiada en grado sumo. Una cosa es ser prudente y reflexivo lo que está bien y otra el sujeto sistemáticamente receloso, que cree que todos están en contra suya y solo quieren aprovecharse, engañándole o timándole porque él es el centro del mundo, no perdona ni olvida, siempre temeroso y muchas veces mezquino, la falta de autoestima es clara, no conoce la relajación ni la felicidad, suspicaz y susceptible, cualquier crítica es mal venida, todo tiene doble sentido, y ve conspiraciones por doquier, él no es responsable de sus desgracias, los otros son los culpables, cree tener todos los derechos y razones y los demás ninguno porque son malos todos, muy malos.
Quizás se deba a nefastas experiencias pasadas, a todos nos han engañado o defraudado, pero ello puede ser por malicia o por evolución de la persona en cuestión a la que dejas de gustarle o cambia de opinión, eso es natural y no justifica un sistemático ponerse en lo peor obsesionado con que te estafan o con infidelidades calenturientas. Esta actitud destruye relaciones y amistades, hace imposible la convivencia, no se puede tener una vida diaria normal y conduce a la soledad. Solo siendo antisocial no sufres esas neuras, y esa actitud se contagia a los demás que seguramente empezarán a actuar igual con el responsable, la marginación y la depresión están servidas.
Definitivamente el que desconfía de todo y de todos es un pobre desgraciado y en principio todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario.

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