jueves, 10 de marzo de 2011

MASCLETÀ

Mediterráneo, 10 de marzo de 2011

MASCLETÀ

De los múltiples actos festeros de los que disfrutamos por estas tierras, hay uno muy singular, que no se encuentra en otros lugares y que no deja indiferente a quien lo presencia, los de aquí porque lo disfrutan y les emociona, los de fuera porque se sorprenden o les asusta. Es la mascletà, un espectáculo pirotècnico basado en el ruido (mucho) y el ritmo. Su origen es curioso, tras la nefasta batalla de Almansa se desmanteló el parque de la ciudadela de Valencia donde se fabricaban armas y cañones que se destruyeron o vendieron, entre ellas las culebrinas valencianas, llamadas trancas, cuyos cañones adquirieron los herreros para hacer herraduras, pero los de Burjassot, Godella, Moncada y Bétera los conservaron y a partir de 1707 para celebrar las fiestas los clavaban en el suelo, cargaban con pólvora y disparaban tracas. También compraron bombardas o canterellas. Al disparo de tracas y al final una salva de canterellas se le llamó mascletà. A la mascletà se va generalmente en compañía y de fiesta, empieza con tres truenos de aviso, el disparo se inicia despacito y va aumentando en intensidad y volumen de sonido hasta llegar al terremoto donde explotan muchos masclets en tierra y si es buena debe hacer vibrar el suelo y a ti, sigue con explosiones aéreas de gran fuerza que forman un bombardeo, y tres carcasas que indican el fin. Este es el esquema ordinario pero pueden introducirse volcanes, crackers, silbatos, piti, crosetas, colores o efectos luminosos. Lo fundamental mucha intensidad, ruido y cadencia, no son admisibles largos silencios ni interrupciones.

Disfrútala, siéntela y no te tapes los oídos, abre la boca y respeta las indicaciones de seguridad, cientos de kilos de pólvora no son una broma, son arte.

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