jueves, 10 de febrero de 2011

LUCIIIIINDA

Mediterráneo, 10 de febrero de 2011
LUCIIIIINDA
Creo que el teléfono es un elemento de comunicación y de trabajo, no un juguetito y por tanto lo uso cuando me hace falta, pero no a todas horas, es más, su sonido constante me incomoda, sobre todo si son llamadas consecutivas y el ring-ring se repite. Los tiempos actuales nos hacen tributarios de estos adelantos, y si te llaman contestas la llamada o luego la devuelves. Pero lo que resulta molesto, pesado e insoportable, depende del momento, es la continuidad de llamadas de las diferentes compañías, que no son capaces de hacer un marketing más imaginativo y se dedican a llamar constantemente, unas y otras, ofreciéndote maravillosas ofertas irrenunciables que a la hora de la verdad todas tienen letra pequeña y si no te clavan por un lado lo hacen por otro.
Este trabajito lo hacen desde centros de llamadas, donde el ordenador les pasa una tras otra y que por aquello de la deslocalización están situados en países del otro lado del océano con un horario contradictorio al tuyo.
Ejemplo: 7 de la mañana, recién levantado y muerto de sueño, ring-ring, qué susto, ¿quién llamará a estas horas? Se escucha una melodiosa voz sudamericana. Hooola soy Luciiiiinda, operadora de Movistar, Vodafone, Ono, Orange, Jazztel, Yoigo o el nombrecito que quieras. ¿Con quién hablo? ¿Es usted el titular de la línea? (y a ti que te importa) pues sí. Le llamo para presentarle la oferta, bla, bla, bla... y aquí intentas ser educado y dices que no te interesa o que estás ocupado, da igual no paran porque no te escuchan. A veces la única solución es colgar y en paz, pero eso no te va a librar, cada media hora recibirás una llamada de castigo y puede ser en el fijo o en el móvil, les da igual ¿Nadie puede controlar esto y acabar con el acoso telefónico?

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