MI
AMIGA RARA
Es buena persona, simpática y parece razonable. Pero
tiene opiniones o mejor actitudes, raras. Se deja guiar por el pensamiento
único y políticamente correcto, pero su estilo de vida es muy capitalista; no
hace lo que dice. Así, está a favor de todo tipo de inmigración, pero tiene una
asistenta con la que no confraterniza, a la que no legaliza ni cotiza por ella.
Le gusta la educación pública que defiende con ardor, pero su hijo va a un
colegio privado y está un poco consentido. Dice que habla valenciano, pero
nunca la he escuchado. Vive bien, su marido gana bastante dinero; ella trabaja
de freelance por horas y aunque no
está muy solicitada, tiene la ventaja que no cobra IVA, o sea, dinero en negro y
así no paga impuestos, pero es partidaria de subirlos a los que sí pagan. Por
supuesto, el feminismo está entre sus principios, aunque una señora nunca paga,
para eso está el caballero. No ve mal repúblicas bananeras como Cuba o
Venezuela, donde la democracia, la justicia o la libertad, en las que dice
creer, no existen. Se acaba de comprar un Mercedes diesel porque dice que no
contamina, ahora está cabreada porque parece ser que sí, pero bueno no mucho.
Y, ¡horror! tira papeles al suelo. Con el tema penal se hace un lío, quiere que
los violadores cumplan decenas de años en la cárcel, en eso estamos de acuerdo,
pero está en contra de la prisión permanente revisable, así que si el violador además
es asesino, sale antes. Y claro, todos los que no pensamos como ella somos
fachas, pero como lo dice con acento pijo, no ofende. Un poco hipócrita e
inconsecuente sí es.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 2
de Marzo de 2020
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