REVUELTAS
¿PROGRESISTAS?
Estamos hasta las narices de la palabreja que se
supone da buena imagen. Algunos políticos la repiten hasta la saciedad,
seguramente sin saber lo que dicen o sabiéndolo y siendo conscientes de que
mienten. La mentira se ha asentado en nuestra clase política y, en particular,
en el presidente en funciones, que dice una cosa y al día siguiente otra
contraria sin inmutarse. Porque da lo mismo, no hay ninguna consecuencia, solo
se trata de engatusar a los ciudadanos que debemos ser tontos, porque no
exigimos, ni protestamos, ni nos escandalizamos. Los comunistas (100 millones
de muertos), afortunadamente desaparecieron de Europa tras la caída del muro de
Berlín. En los pocos países donde aún están llevan a la ruina, a la injusticia
y a la opresión, véase Venezuela. Pues vuelven a poder tocar poder en España, disimulando
con la etiqueta de progresista, es asombroso. Con ellos, el término se
contrapone a liberal y presupone lo contrario a progreso: retroceso a la época
del telón de acero. Intentan establecer los principios marxistas con
progresión. Al final, liberticidas. Se creen los únicos que tienen la verdad y
quieren que los demás no opinen, incluso que no piensen. Cualquier
manifestación contraria a lo que ellos defienden, lo que han establecido como
políticamente correcto, hay que suprimirla. No existe discrepancia posible.
Deben controlar los medios de comunicación y callar a los que no están en su
rebaño. Estos ¿progresistas? quieren regular, censurar, prohibir, obligar. Me
quedo con ser liberal, querer vivir y dejar vivir y respetar a todo el mundo
Artículo publicado en el Periodico Meidterraneo el 2
de diciembre de 2019
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