ACEITE DE OLIVA
Este maravilloso
liquido dorado es uno de mis alimentos favoritos. Base de la dieta mediterránea
junto con las frutas y las verduras. Es muy sano y tiene muchos beneficios,
elevado contenido calórico ( 9 calorías por gramo) y nutritivo. De fácil
digestión, aporta grasas vegetales que evitan dolencias cardiovasculares y
protegen del colesterol. Tiene polifenoles antioxidantes que previenen el
envejecimiento. Aporta vitaminas A, D, E y K. Favorece la absorción de
minerales, calcio, fosforo, magnesio y zinc. En los fogones es bueno para las
frituras porque infiltra poco los alimentos y es indicado para salsas, guisos y
ensalada. Se extrae de las olivas a través de su molturación, prensado,
decantación, decoloración y la desodorización, todo ello en las almazaras. Hay
diversas clases de aceite de oliva : virgen extra que es el más natural,
fabricado en frio y con acidez inferior a 0,8º. El virgen que no supera los 2º
de acidez y el normal que es una mezcla de aceites refinados en cuya
elaboración se mezclan procesos térmicos y químicos. Pueden ser monovarietales de
un tipo de oliva o coupages donde se mezclan varios, con sus sabores y aromas.
En España hay decenas de variedades, 23 son las principales. La más comunes son
la Picual, Cornicabra, Arbequina, Hojiblanca, etc. Hay 6 típicas valencianas :
Villalonga, Blanquete, Farga, Serranía de Espadan, Changlot Real y Alfafara.
Tomate, cebolla, trufa, etc regados con un buen chorro de aceite y espolvorados
con un poco de sal están buenísimos. Y el sumun mojar un poquito de pan
crujiente en esta maravilla.
Artículo publicado en
el periódico Mediterráneo el 26 de Marzo de 2018
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