JORDI PUJOL
Ya Tarradellas en 1981 advirtió que este individuo
iba a romper los vínculos de comprensión y buen entendimiento entre Cataluña y
España. Entre él, su eclesiástica esposa Marta Ferrusola y sus siete hijos han
formado una organización criminal acusada de cohecho, tráfico de influencias,
delito fiscal, blanqueo de capitales, prevaricación, malversación y falsedad. Numerosísimos
casos de corrupción, incluyendo el 3% que cobraba su Convergencia y Unión.
Presidente de Cataluña durante 23 años, acumuló una gran fortuna y dinero negro
en paraísos fiscales como él mismo ha reconocido. Hechos por los que van
ingresando en prisión, sin la celeridad deseable y con la inexplicable ausencia
del patriarca. O sea, que amor a la tierra pero más el dinero y si el montaje
para lo uno, permite lo otro, mejor. Robando y tapándolo con el nazionalismo. Empezó
en los 70 en Banca Catalana, escándalo convenientemente tapado y con el que se
financiaba Òmnium Cultural y la expansión del catalanismo. Consiguió que todos
los gobiernos y partidos españoles le apoyaran porque necesitaban sus votos y
sabía jugar a dos barajas. De paso, atribuía la inversión en Cataluña a la
Generalitat, cuando la mayoría la pagaba el Estado. Adoctrinaba en la educación,
con la inmersión lingüística reconvirtiendo a los profesores y poniendo a los
de ERC. Su megalomanía y ambición personal utiliza un viejo truco, convertirse
en víctima, España nos persigue, boicotea, roba, odia. Política de provocación
que cada día divide más y ataca la auténtica democracia y libertad, concluyendo
en un inadmisible golpe de Estado.
Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el
20 de noviembre de 2017
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