EXCELENCIA
VERSUS ORDINARIO
Cada persona tiene sus horizontes,
cosas a las que tender y otras de las que huir. Yo fijaría uno de los míos en
intentar acercarme a la excelencia y en prescindir de la ordinariez y ojo digo
que es algo a lo que tender porque es imposible ser excelente y no ser nada
ordinario, lo que además resultaría muy aburrido. La excelencia está de moda,
la palabra se usa demasiado, en general para no decir nada, es “superior
calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo”. Se trata de aquello que
está por encima del resto, busca la perfección, que puede deberse a tener
capacidades fuera de lo común o mucho talento pero también a esfuerzo y
voluntad, desde luego requiere disciplina y trabajo. No significa ser el mejor
sino de hacerlo lo mejor que puedas y si es posible que resulte mejor que la
media, estar satisfecho consigo mismo. Es un estandar de rendimiento que excede
de lo ordinario, hacer que la gente se sienta satisfecha con el servicio que le
has prestado. Lo ordinario es “común regular, que sucede habitualmente” “bajo,
basto, vulgar y de poca estimación”.“De mal gusto, poco refinado” “realizado
sin cuidado o con materiales de baja calidad” “que demuestra mala educación”,
mediocridad. A algunos puede gustarles moverse en ese ambiente, peor para ellos
que se pierden muchas cosas. La diferencia entre uno y otro a veces solo exige establecer
hábitos de trabajo que poco a poco se consoliden, pero con energía, orden y
progreso, sin desfallecer y disfrutar con lo que haces, que puedas parar y
pensar que estas a gusto en tu papel. Si quieres puedes.
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