jueves, 6 de octubre de 2011

ENERGÚMENOS AL VOLANTE

Mediterráneo, 6 de octubre de 2011
ENERGÚMENOS AL VOLANTE
Hombre Pepito, qué alegría verte, cuanto tiempo, me dijeron que te iba muy bien y que te has comprado un cochazo de tropecientas válvulas y centímetros cúbicos a mogollón, ah me llevas a casa, fenomenal, gracias.
Subes, asiento de cuero, que bien huele, te pones el cinturón y Pepito, que buenazo siempre, responsable, sensato, educado al volante, arranca el vehículo y se incorpora al tráfico. Trans-mu-ta-ción ; el de delante tonto, burro, el de la derecha inútil, desgraciado, y se atreve a desafiarme, aquel ha sacado el carné en una tómbola, y la pobre chica que ha osado mirarlo, es mujer, no tiene ni idea de conducir, todo vociferando, gesticulando, que si no quito la cabeza me arrea, y al son de un claxon francamente potente, acelerón, frenazo y adelantamiento en zig-zag que para eso conduce mejor que nadie y tiene el mejor coche y es el más guay, todos los demás son inferiores y deberían apartarse a su paso y el que no le va a cerrar y fastidiar todo lo que pueda, porque todos piensan en jorobarle pues él los fastidia primero, je je, que listo. A estas alturas un hombre curtido en duras experiencias, está agarrado a lo que puede, con una bola en el estómago, acordándose del padre de Pepito y preguntándose que mal hado de la fortuna ha hecho que subiera a esta máquina infernal. Y es que Pepito debe tener doble personalidad, lo cual desgraciadamente ocurre con mucha gente cuando se sube a un vehículo donde muestra todas sus carencias psicológicas: paranoicos, impulsivos, antisociales, inseguros, borrachos o drogatas suponen un riesgo para sí y para otros, más les valdría un poco de educación y normalidad para dejar de ser unos puros energúmenos.

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