LOS GOLPES DE LOS IDIOTAS

Cierto es que hay mucho de que protestar y en los desafortunados tiempos que corren más. Cada cual lo hace como quiere, pero es exigible que sea dentro de un orden. Porque hay modos de protesta que son inaceptables y que deberían ser reprimidos con contundencia. Entre estos uno de los más absurdos y dañinos es el de los tiparracos que para reclamar la abolición de las explotaciones de hidrocarburos atacan obras de arte, que no parecen que tenga nada que ver con el tema. Iluminados mesiánicos que creen tener una superioridad moral propia de trastornados tontos, pero muy tontos. Además de lo dudoso de su causa y de la hipocresía de servirse de todas las ventajas y utilidades que nos proporciona el petróleo y de las que sin duda hacen uso, por ejemplo su ropa o los medios de transporte que utilizan. Lo fundamental es su estúpido y pernicioso sistema de intentar llamar la atención. Al fin parece que lo que les interesa es su minutillo de popularidad, nefasto, pero eso les da igual. Atacar a golpes obras de arte fundamentales en la historia de la humanidad, las que han supuesto hitos en la creatividad humana y por tanto en avance cultural y de civilización para todos, solo cabe en el pensamiento de estos descerebrados incivilizados que harían mucho mejor en golpearse o pintarrajearse ellos que a los objetos artísticos que forman parte de nuestro acervo común porque son propiedad intelectual de todos. Y ciertamente al ver su aspecto, el careto extraviado que lucen, esos ojitos inexpresivos, te das cuenta de que o van hasta arriba de sustancias dudosas o son idiotas y que seguramente lo que necesitan es un tratamiento de shock. Artículo publicado en el periódico Mediterráneo el 12/02/2024.