PROPAGANDA

Tenemos un gobierno socialcomunista que no gestiona, quizás porque no sabe. Pero lo que hace muy bien es la propaganda. Los principios que siguen están muy claros. Se simplifica fijando un enemigo único, todo el que critica es facha. Los errores se achacan al adversario. Si hay malas noticias se inventan otras para distraerlas. Se exagera y se convierte cualquier anécdota en una amenaza grave irreal que luego dicen solucionar. Vulgarizan las cosas de modo que difunde sus mensajes del modo más simple posible para que todos lo capten. Se fija un pequeño número de ideas que se repiten. Una mentira repetida acaba por convertirse en verdad. Se lanzan rumores, así ven la reacción popular y si es negativa se achacan a intoxicadores. Si conviene se puede decir hoy una cosa y mañana lo contrario. Se emiten informaciones rápidamente para que cuando el adversario responda, el publico ya esté interesado en otra cosa. Se silencia lo negativo propio y lo positivo ajeno, ejemplo son los 100.000 muertos que como no se pueden ocultar, se falsea el número, se ocultan los familiares, los féretros y el dolor. Se intenta convencer de que se piense como todos, creando unanimidad y marginando al disidente, es un sentimiento de rebaño que defiende que lo que hace la mayoría es lo bueno. Y para todo esto tienen las redes sociales en las que sus expertos controlan lo que se dice. Y los medios de comunicación, básicamente televisiones, afines convenientemente engrasados que intentan establecer una doctrina única. Pero no podrán engañarnos a todos siempre. Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 8 de Marzo de 2021