MINISTERIO DE IRENE
Estamos hartos de políticos de profesión, que no tienen ningún oficio ni beneficio más que ese, que no tienen experiencia en nada, ni saben gestionar, ni han luchado nunca por su empresa, profesión u oficio. Solo han medrado en el partido y se han colocado. Ejemplo claro es el de Irene Montero y su Ministerio de Igualdad. Uno de los 23 que se han creado para colocar a todos y que no se sabe muy bien para qué sirven, además de despilfarar el dinero público, que tan útil sería en otros fines, como paliar la pandemia. Los méritos de la ministra son su militancia comunista desde los 15 años y ser la pareja del macho alfa, situación impresentable si se tratara de otro partido, pero con el líder único vale todo. Han convertido su ministerio en una fábrica de disparates. Desde el lenguaje inclusivo extremado, alterando todas las reglas de la ortografía “portavoces y portavozas”. Hasta afirmaciones absurdas como que todos los hombres, no las mujeres, morosos con Hacienda son fachas, olvida que izquierda unida debe al fisco más de un millón de euros. Que el cambio climático va contra el feminismo. O que quiere llegar a casa sola y borracha. Prefiere ser influencer y convertir la política en un reality show que gestionar su ministerio, de hecho ignora las bases tradicionales del feminismo autentico. Y además le resulta muy rentable, la pareja suma cientos de miles de euros, y un rico patrimonio con el chaletazo de Galapagar que parece que ya se les queda pequeño, tres casas, dos fincas y un almacén. Son comunistas ricos pero no comparten con los demás.
Artículo publicado en el Periódico Mediterráneo el 11 de Enero de 2021
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